
La tierra entera se ha convertido en un clamor de fe y de esperanza. ¡Ven, ya, Señor! Necesitamos de ti. Estamos cansados de mentiras, de estafas, de guerras, de muertes, de pactos políticos, de catástrofes contra la Madre Tierra. ¡Ven! Ciertamente el Adviento abre el Año Nuevo Litúrgico de la Iglesia, con el anuncio de tu venida bajo una doble dimensión: tu Natividad humilde en Belén y tu Revelación final gloriosa. ¿Alimentará tu memoria nuestra esperanza hoy, ahora y aquí? ¿Tu memoria cambiará nuestra historia?
De labios del profeta se eleva una plegaria sincera y maravillosa al Señor. El pueblo consciente de su iniquidad lo implora y le pide que se acuerde de él. Feliz la expresión con que...