domingo, 4 de diciembre de 2011

2º Domingo de adviento: ¡Abre caminos!


A Dios le duele la muerte violenta, le oprime la esclavitud, y le aterra la cárcel. Dios detesta las mil sinrazones que el hombre elabora para su propia explotación. Una tierra herida de muerte es el fracaso de su corazón. La consolación del Señor es liberación y "su gloria, el hombre lleno de vida".
En labios de Isaías este es su grito sobre un pueblo desterrado y destruido:

"Consuelen a mi pueblo; hablen a su corazón. Se acabó la condena ..., preparen un camino al Señor".

Entre ciclones, maremotos, vaguadas; entre alarmas de guerra, de secuestros y de ajusticiamientos, su voz sigue gritando: "Consuelen a mi pueblo".
Pero la obra de sus manos se realiza a través de nuestras manos. Por eso Juan proclama en el desierto:
 
"Preparen el camino, allanen el sendero. Ya llega el Señor. Conviértanse". 

La venida de Jesús, la de ayer, la de hoy y la de mañana, requiere una actitud de conversión de corazón. Al Señor no se le puede recibir de cualquier manera. A la salvación de Dios hay que abrirle camino. 

Por eso, Pedro nos alerta con advertencia muy clara: "Cuiden el tiempo. Él cumple su promesa. Viene inesperadamente.  Lleven una vida santa, Dios sueña con un cielo nuevo y una tierra nueva donde habite su justicia".

Adviento es camino de gracia. Cuidar el tiempo es hacer posible que el Reino de la salvación proclamada en la Palabra, se haga reaidad en tu corazón.

¿Cómo estás caminando el Adviento? ¿Las lecturas te ayudan a tomar conciencia del momento que vives? Se valiente. Abre caminos a la venida del Señor.


Antonio Gracia, pasionista.
Tomado de: "El Domingo, día del Señor"  
Domingo II de Adviento (04 de diciembre de 2011). 
Edit. San Pablo. Caracas, Venezuela. 

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