domingo, 15 de enero de 2012

EN EL 2DO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO...




¡AQUÍ ESTOY SEÑOR!


Cierta tarde dos discípulos de Juan Bautista salieron a pasear. Era el tercer día de la semana. Andaban intrigados, porque Juan, su maestro. Les había hablado de un tal Jesús, “el Cordero de Dios”, de quien “no era digno ni siquiera de desatarle la correa de las sandalias”. Por eso susurraban cabizbajos y desconcertados: ¿Será verdad lo que pregona nuestro profeta, Juan?

De repente, en su andar azaroso, se encontraron con un hombre de talante pensativo y un tanto extraño. Y sin reparos, le preguntaron: ¿Eres tú Jesús de Nazaret? El hombre extraño, les respondió escuetamente: “Si, Yo Soy”. Los discípulos de Juan, ante la brevedad de su respuesta, le insistieron curiosos: “¿Dónde vives?” Y el hombre extraño les volvió a responder con sencillez: “Vengan conmigo y vean dónde vivo. No tengo secretos. Mi casa es su casa, de ustedes.” Y fueron. Y se quedaron con él.

Jesús se presenta de mil maneras. Su paso despierta curiosidad, provoca el diálogo y el deseo de conocerlo. Su ademán invita a entrar en su casa para encontrarse con él. Seguirlo será fruto real del encuentro, porque donde no hay encuentro real, el seguimiento se desvanece con facilidad. La emoción de lo bonito, pasa luego.

¿Cuál ha sido tu encuentro más significativo con Cristo? ¿Qué trascendencia ha tenido en tu vida? ¿De qué medios te sirves hoy para conocerlo? Es domingo. Jesús te invita a entrar en su casa. Sé valiente. Acepta. Quédate con él, escúchalo con amor y respóndele como Samuel a Dios: Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.



Antonio Gracia, Pasionista.

sábado, 14 de enero de 2012

MISIÓN EL REPOSO: NAVIDAD 2011




Un saludo a todos nuestros hermanos. Queremos compartir con ustedes la experiencia de la celebración de la Navidad que se llevó a cabo del 15 al 25 de diciembre en la aldea “El Reposo”, ubicada en Delicias, Estado Táchira. Se encuentra ubicada en una zona montañosa al sur del Estado Táchira. La altura en el asentamiento central es de 1850 m.s.n.m pero los diferentes sectores se ubican en alturas progresivas. En estas tierras los campesinos se dedican al cultivo de frutas y hortalizas diversas.

Nos encontramos con una comunidad muy bien organizada. Varias personas se encargaron con esmero de la limpieza del templo, del acompañamiento musical y de nuestra alimentación. El itinerario de trabajo fue el siguiente: cada sector se encargó de organizar la novena al Niño Jesús en la tarde y la Santa Misa se celebraba a la mañana siguiente a las 7 a.m. Después visitábamos, junto a varios niños y personas adultas del lugar, el sector al cual le correspondía la novena esa noche. Hay que destacar que las caminatas para realizar dichas visitas variaban entre dos y cuatro horas. Tuvimos la oportunidad de conversar con las personas para conocer su realidad, compartir una lectura del Evangelio referente a la Navidad, se entonaban aguinaldos, nos tomábamos un cafecito o un jugo que nos ofrecían con mucho cariño. El P. Valentín aprovechaba para confesar y dar la Unción a los enfermos y a las personas mayores. En la tarde, coordinamos actividades de catequesis y de ensayo de los aguinaldos con los niños. Finalmente, a la siete de la noche se hacía la Novena: incluía cantos de motivación, oraciones preparatorias al Niño Jesús, a la Virgen y a San José, lectura y reflexión del Evangelio de la infancia de Jesús según san Mateo y san Lucas, canto de “los Gozos al Niño Dios” (Alabanzas y súplicas) y despedida con la interpretación de aguinaldos.

Si bien la temperatura fue baja en esos días (lluvia y mucha neblina), el calor humano de los vecinos contrastó totalmente con el ambiente. Nos recibieron con alegría en sus casas para bendecir el Belén navideño y a sus familias. Tampoco faltó la generosidad. Aun en la casita más humilde no dudaron en compartir con nosotros un jugo o un “puntalito” que es como le dicen por aquí a la merienda. Al mismo tiempo nos hicieron partícipes de su realidad de crucificados en sus enfermos, sus viviendas en condiciones precarias, su esfuerzo por llevar adelante sus cultivos.

Finalmente, la noche de 24 de diciembre celebramos la misa solemne de la Navidad. Personas de todos los sectores colmaron la capilla y dimos gracias a Dios por nacer entre nosotros y por concedernos una Navidad muy sentida.

Al terminar la labor pastoral, nos fuimos con el corazón alegre. Como los pastores pudimos alabar a Dios y contar a todos que contemplamos al Niño Dios en la sencillez y la generosidad de los campesinos de “El Reposo”. Ellos por su parte también quedaron llenos de alegría por compartir con nosotros la Fiesta de la Navidad. Sin duda Dios obró maravillas en todos nosotros y con esta misión renueva nuestras fuerzas para seguir anunciando su Evangelio a nuestros hermanos.


P. Valentín Duerto C.P.
Seminarista Carlos Bracho



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MISION EL REPOSO ESTADO TACHIRA

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