lunes, 27 de febrero de 2012

CON MOTIVO DE LA FIESTA DE SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA




ENCUENTRO JUVENIL PASIONISTA EL CEIBAL 2012
Si hay un santo pasionista que inspira a seguir con valentía el carisma de la cruz, ese es San Gabriel de la Dolorosa (El Gabo, Paco, o como lo quieras llamar.) Con su vida demostró que la santidad no es asunto de gente tristona, sino de valientes. Su ejemplo enseña a nuestros jóvenes que vivir la vida al estilo de Jesús es toda una aventura que no vale la pena… ¡Vale la vida!
Los muchachos de El Pabellón, Estado Táchira se contagiaron del testimonio de Gabriel y organizaron junto a las Hermanas Pasionistas que atienden el sector un encuentro-convivencia durante los días de carnaval (del 19 al 21 de febrero) que se llevó a cabo en el sector El Ceibal.  La coordinación general estuvo a cargo de la Hermana Juanita Nieto. También se unió al grupo el postulante Carlos Bracho del Seminario Pasionista para compartir la misma experiencia.
Durante tres días participaron de charlas, dinámicas y actividades de oración que los ayuden en su quehacer diario a testimoniar su disposición a vivir al estilo de Cristo y a seguir con alegría el ejemplo de San Gabriel: No hay felicidad más grande que vivir con Cristo, por Cristo y para Cristo.

¡FELÍZ DÍA DE SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA!


PD: EN EL ALBUM Y EN LA PÁGINA DE FACEBOOK ENCONTRARÁS LAS FOTOS DEL ENCUENTRO

domingo, 26 de febrero de 2012

En el inicio de la Cuaresma...


¡SUBE A JERUSALEN!
             Iniciamos la subida hacia la Pascua. El miércoles de ceniza fue el anuncio parroquial del comienzo de la subida. Con la cruz de ceniza en la frente llegamos hoy al desierto, bajo la consigna de una verdadera conversión. No hay tiempo que perder. La Pascua despierta ya en el horizonte. Y ahí entramos. Cuando Jesús, después del bautismo, se siente empujado por el Espíritu hacia el desierto, percibe, desde el primer momento, que le llega la hora de la subida de Jerusalén.
             Ahí vive cuarenta días entre alimañas y sometido a la tentación. Ahí convierte el desierto en tienda de oración, de ayuno, de discernimiento para la misión. Por eso cuando termina el tiempo del desierto,  el Hombre de Nazaret asume su hora y arranca con el pregón definitivo: “Se ha terminado el plazo; está cerca el Reino de Dios: Conviértanse y crean la Buena Noticia”. ¿Qué sintió Jesús en la soledad para salir con tanta decisión al anuncio del Reino de Dios? ¿Quién enfatizó su pregón? No lo sé. Pero el Hijo del Carpintero resonó por primera vez: “Conviértanse”. Frete al caos del pecado es imprescindible que alguien grite el camino de la conversión; que alguien arriesgue su vida, sin miedo, en el anuncio del tiempo de Dios.
             ¿De qué necesitas conversión? ¿Cómo decides vivir esta cuaresma? ¿Estás decidido a renovar tu fe bautismal?
               No hay verdadera Pascua sin cuaresma de desierto y de conversión. No tengas miedo. El diluvio de Noé ya pasó. Ahora llega el Jordán de la gracia bautismal. Decide. Sube a Jerusalén y la Pascua será la Buena Noticia de tu salvación.
                                                                                                                     P. Antonio Gracia CP Tomado del suplemento “El Domingo, Día del Señor”
Ediciones San Pablo
26 de febrero 2012

viernes, 24 de febrero de 2012

Con un mismo sentir Pasionista: Vive Pasionista - A Coruña

Con un mismo sentir Pasionista: Vive Pasionista - A Coruña: Este fin de semana pasado vivimos en Santa Gema. nuestra jornada vocacional. El pistoletazo de salida nos lo dió Daimiel y nostros lo hemos...

miércoles, 22 de febrero de 2012

¡YA ES HORA DE PRERARAR LA CASA PARA LA FIESTA!






     Hace poco menos de dos meses celebramos la llegada de Jesús a nuesto mundo y preparamos por ello un tiempo de reflexión para recibirlo con alegría. Pero del 01 al 08 de abril comienza la fiesta de su más grande regalo: cumplió en su carne el mandamiento del amor que nos enseñó y entregó su vida para salvarnos de la muerte eterna.

     Ciertamente celebramos año tras año la semana santa y cabe preguntarnos ¿si todos los años vamos a la iglesia por un ramo de palmas, una vela para las procesiones y un litro de agua bendita, qué tiene de especial la próxima? La respuesta es que eso depende de cómo vivimos la cuaresma. Así como limpiamos la casa o el salón de fiestas antes de las celebraciones, la cuaresma es un tiempo donde nos preguntamos qué cosas no están en orden en nuestras vidas y cómo las podemos cambiar o cómo las podemos hacer mejor. Todo, porque la Semana Santa es la gran fiesta de la Pasión, muerte y resurrección de Cristo y la nuestra.

     Nos servimos de medios como el ayuno, la penitencia, la abstinencia de carne y la oración para vencernos y demostrarnos que, con Cristo y nuestra colaboración, podemos vencer el pecado y cambiar positivamente nuestra realidad. En este tiempo se dice mucho la palabra "conversión". No se trata de que después de la imposición de la ceniza automáticamente nos sentimos salvados. Se trata de que a partir de hoy, miércoles de ceniza, decidimos firmemente cambiar algún (o algunos, incluso mejor) aspectos negativos de nuestras vidas para que al llegar el Domingo de Ramos tengamos el corazón un poco más puro. Esa es la mejor manera de sentir, vivir y transmitir que vivimos una Semana Santa única. Anunciamos así con nuestras vidas que Jesús la transforma.

      ¿Trato a mi herman@ con rudeza? ¿no puedo vivir sin encender el facebook cada día? ¿No le presto a mis hijos ni una hora de mi tiempo? ¿Acaso debería ser más cariñoso con mi novi@? ¿Puedo trarar con más sinceridad a mis amig@s? ¿Saludo a mis vecinos? ¿Cuando me confesé por última vez? ¿Desde hace cuanto no voy a misa?

     ¿CÓMO DEMUESTRO QUE SOY CRISTIANO SI NO ES CON MI PROPIA VIDA?

¡ANIMO! Que durante estos cuarenta días de prueba nos encontremos con los mejores dones que Dios puso en nosotros para compartir con los demás y que muchas veces no nos damos ese lujo. Y que la pasión de Jesús esté siempre grabada en nuestros corazones.

Carlos Bracho, postulante pasionista.

     

domingo, 12 de febrero de 2012

EN EL 6TO DOMINGO ORDINARIO



SI QUIERES PUEDES LIMPIARME


El leproso es un condenado en vida. Por eso la acción de Jesús no sólo es indicativa del poder de sanar, sino de superar la ley de excomunión sobre el enfermo.

La lepra y el Mesías de Dios.

La lepra es un signo de pecado y de maldición. El leproso vive retirado, grita su enfermedad, da muestras públicas de que es un proscrito de Dios y de la sociedad por su impureza. No entra en el templo, ni participa en banquetes sagrados. En Israel es un verdadero condenado del cielo.

Jesús se revela Mesías al curar la lepra y al reintegrar al leproso a la comunidad. Sabe que se enfrenta con el sentir del pueblo y con la legalidad. Pero así manifiesta al pueblo que con él ha llegado el reino de Dios.

El amor solidario

El amor supera toda barrera de condenación y abre horizontes de misericordia. En Israel se conoce como mandamiento fundamental el amor a Dios y al prójimo. Y que amar al prójimo es plenitud de ley y de profecía. ¿Se puede prohibir hacer el bien sea cual sea la enfermedad del aquejado?


Jesús tiene muy clara en su mente la ley de Dios y la interpretación de los legalistas del pueblo. Por eso no tiene reparo en sanar sea el día que sea. Hoy, cuando escucha el lamento del leproso, siente lástima, se acerca, extiende la mano sobre su cabeza y le dice “Quiero. Queda limpio”

Y el cumplimiento de la ley

Él quebranta la ley impulsado por el amor, pero al mismo tiempo exige su cumplimiento.: “Preséntate al sacerdote” para que él verifique tu curación y “ofrece por tu purificación lo que manda Moisés”. En los caminos de Dios, el amor es plenitud de la ley.

Esto es un riesgo y el cristiano lo asume abiertamente. ¿Hay alguna razón que impida hacer el bien al necesitado, al enfermo, al pobre? Haz el bien con amor y el amor se te convertirá en limpieza interior.

¿De qué necesitas limpieza interior? ¿A quienes margina hoy la sociedad por enfermedad? ¿A quién puedes acercarte hoy para ayudarle? Señor, dame un corazón lleno de ternura y compasión


                 P. ANTONIO GRACIA, CP
Tomado del libro “A los pies del Maestro”
Ediciones San Pablo, 2003

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